Jandrain y Jandrenouille son 2 pueblos lindantes muy chicos, tan chicos que muchas veces se los considera como uno solo. Están ubicados en la provincia del Bravante Valón en Walonia, Bélgica. Allí es donde Alexandre Dumont decide comprar una granja del siglo XIV y convertirla en una cervecería. La nombra Brasserie Jandrain – Jandrenouille, tomando prestado los nombres de estos pueblos.
Alexandre es ingeniero civil y vive con su familia en la casa principal de la granja. Comenzó a producir cerveza en el año 2006 pero es recién en el 2013 que decide comprarle su parte al socio y empieza a ampliar su nivel de producción. El no solo cocina cada una de sus cervezas sino que ademas, embarrila, embotella, limpia y realiza todas las tareas inherentes al proceso. Todo esto lo realiza a la par de su otra actividad: es empleado de la distribuidora de Yakima Chief Hops que provee a toda Europa de lúpulos de la zona noroeste de los Estados Unidos.
Las cervezas de Jandrain – Jandrenouille son hechas con materias primas en su mayoria de origen local y respetando los tiempos naturales que cada una necesita. El agua es bombeada desde el pueblo de Jandrain. La cebada proviene de una granja de la zona y es malteada en pequeñas cantidades por la reconocida Mouterij Dingemans. Mas del 80% de la electricidad que consume la fabrica es provista por los paneles solares instalados en la granja. No se filtra ni pasteuriza. Las cervezas son refermentadas en botella logrando así una carbonatación fina con una espuma compacta. Ademas este reacondicionamiento le brinda una protección a la cerveza de la oxidación y la degradación que esta le puede causar. Todo el proceso lleva al menos un mes y medio.
Lo interesante de las cervezas de Alexandre no es solo su método de producción tradicional, sino que también fue uno de los primeros en combinar un estilo clásico como la saison junto a lúpulos del nuevo mundo con sus características notas tropicales, cítricas y resinosas. Su trabajo en Yakima Chief le da acceso a los lúpulos más frescos y también a los mas difíciles de conseguir. La intención de Alexandre es exhibir el amargor y carácter a lúpulo en sus cervezas. Por esto es que busca un perfil de levadura sutil y realiza adiciones de lúpulo en el fermentador para sumar complejidad.
En la granja se cocinan 3 variedades: IV Saison, una cerveza rubia de gran tomabilidad, hecha con 100% cebada malteada, 4 lúpulos distintos y un abv de 6,5%. La V Cense, una cerveza ambar con la misma cantidad de lúpulo que la IV Saison pero suma la complejidad de las maltas munich y caramelo. Cuenta con un abv de 7,5%. Por último esta la VI Wheat hecha con una mezcla de cebada y trigo lo cual sumado al perfil del lúpulo le otorgan gran frescura. Esta ultima cuenta con un abv de 6%
Es un híbrido. Tiene su lado granoso como un whisky, pero no tiene el alcohol. Tiene la acidez de un vino blanco pero tampoco tiene su nivel de alcohol. Y tiene el cuerpo de una cerveza pero no tiene el amargor ni olor a broccoli de una lager.
En 1482, en las cercanías del castillo de Wijnendale una experimentada jinete de títulos nobiliarios que estaba yendo de caza, tropieza con su caballo a causa de un árbol caído, cae al piso y éste cae encima de ella rompiéndole la espalda. Tenía 25 años y muere poco tiempo después.
En el origen del resurgimiento de la cerveza “artesanal” en Bruselas, Brasserie De La Senne ha trabajado para traer las cervezas bien lupuladas al día. Su alcance también incluye cervezas de fermentación mixta añejadas en barricas de roble como también cervezas refermentadas con levadura brettanomyces local.
Brasserie de Blaugies se ubica en la provincia de Hainut al sur de Bélgica cerca de la frontera con Francia. Aquí es donde Pierre-Alex Carlier y su esposa Marie-Noëlle Pourtois, maestros de profesión, comenzaron como hobby la cervecería a finales de los años 80. Hoy, esta familia con mas de 30 años de tradición cervecera, forma una parte esencial en la conservación de la saison.
Los fantasmas, quizá por incorpóreos, atraviesan todos los tiempos, todas las culturas, todos los lugares. Son definitivamente entes de frontera, a veces más de este lado que del otro y esta paradoja de «ser» y «no ser» es lo que los vuelve fascinantes. Según el castellano, los fantasmas serían imágenes de los difuntos que se manifiestan entre los vivos. Esta es la historia de un fantasma que aparece y habita con su presencia, invisible pero definitivamente perceptible, cada vez que se libera de su lecho de cristal.
Una de las principales cuestiones para entender la cultura cervecera belga es entender justamente dónde se inserta ésta, no sólo geográficamente sino histórica y culturalmente. Entender un poco del país nos ayuda a entender mejor porqué los belgas muchas veces (o casi todas las veces) ignoran cosas como el BJCP a la hora de tirar ingredientes en una olla y hacer magia.
